Alfons López Tena es un verso libre, un independentista «sui generis» que no comulga con el «procesismo» y su deriva autoritaria. La entrevista que hoy publicamos en Elliberal.cat tiene muchos puntos de interés. Destacaría su afirmación de que el «procesismo» nunca persiguió la independencia, para la que haría falta grandes consensos para evitar una guerra civil, y debería basarse en un proyecto de democracia liberal inclusiva, si no garantizar a la clase dominante catalana el control permanente del poder a través de una autonomía autoritaria. Las leyes de desconexión dibujaban una República autoritaria en la que desaparecería el poder judicial independiente, algo que ni las dictaduras fascistas de los años treinta propusieron formalmente. Remata su discurso con una denuncia rotunda: en una Republica de Torra habría campos de concentración y el propio López Tena sería el primero en ser detenido. Califica a Junqueras como el político más cínico que ha conocido y señala que ni es competente como Pujol ni tiene conciencia de sus límites. Señala que todo el «procés» es un farol, destinado a chantajear al estado para obtener contrapartidas siendo los dos objetivos más anhelados el concierto económico y un Poder Judicial propio. La violencia actual es más de lo mismo. Dinero e impunidad, las bases de un régimen autoritario con vocación de ejercicio permanente del poder. Recuerda que los faroles pueden ganar si la otra parte se los cree y no responde adecuadamente. Considera que la sedición es de libro y que podría construirse perfectamente una condena por rebelión. Por último, cree que Cataluña se encamina a una fase de decadencia por la progresiva degradación de la clase política y económica, por una sociedad, adocenada por el enchufismo, el clientelismo y el conformismo.
López Tena es una bocanada de aire fresco
Se podrá o no estar de acuerdo con sus tesis, pero sin duda es una bocanada de aire fresco en un panorama en que se repiten hasta la saciedad lugares comunes, consignas y relatos enlatados dirigidos a los fieles. Si se quiere construir un consenso básico entre catalanes que pueda superar la confrontación y el estancamiento actual, hacen falta muchas voces libres que, desde diferentes puntos de vista, analicen porqué se ha llegado hasta aquí y propongan soluciones de futuro. No será fácil, de hecho, López Tena es muy pesimista, pero es un primer paso, una condición necesaria para, al menos, abrir la puerta a la esperanza.